La madre que presuntamente mató a su hija en Gijón se enfrenta a una posible prisión permanente revisable

Niña Gijón
La madre que mató a su hija en Gijón candidata a la Prisión Permanente Revisable
Ángel Moya

La madre que presuntamente mató a su hija Olivia en Gijón se enfrenta a una posible condena de prisión permanente revisable. Noemí Martínez Lago comparece hoy ante la autoridad judicial que podría condenarla a la pena más grave que prevé el ordenamiento jurídico español, la prisión permanente revisable. Su caso encaja en el primer presupuesto que establece la Ley para esta condena, asesinar a una niña de 16 años o persona vulnerable.

Noemí presuntamente mató a su hija en Gijón la noche del domingo tras conocer que la Justicia le concedía la custodia de su hija Olivia a su padre. A los policías que irrumpieron en piso de alquiler de la barriada de Los Llanos, les dijo que había envenenado a la niña de seis años suministrándole una gran cantidad de barbitúricos en la merienda. Les señaló las pastillas que ella tomaba y les confirmó que ella también las había tomado. Su vida no corría peligro, pero la niña llevaba varias horas muerta. La madre no hizo nada por revertir la situación y salvar la vida de la niña, de hecho los policías llegaron al domicilio sobre las 23:00 horas alertados por el hermano de la presunta filicida. El hombre estaba preocupado por el estado de ambas, tras los comentarios amenazantes que había vertido la madre al conocer que la Justicia le entregaba a Olivia a su padre.

Así, Noemí cumplía su venganza después de someter a la familia paterna a cinco años de torturas interponiendo más de una veintena de denuncias contra el padre y los abuelos por acoso, abuso o malos tratos. La Justicia desestimó las denuncias contra la familia paterna que a su vez había denunciado a la madre decenas de veces por incumplir el régimen de visitas reiteradamente.

De hecho, la madre se había llevado dos veces a la hija sin permiso sacándola del entorno familiar radicado en la localidad segoviana de Torrecaballeros. La primera vez fue a principios de año, cuando se la llevó a Gijón sacándola a la fuerza de su entorno familiar y escolar, pero la Justicia la obligó a devolver a la niña. La última, hace unos meses y en esa ocasión le concedieron unas medidas cautelares que le permitieron permanecer con la pequeña en la ciudad asturiana. Finalmente, tras evaluar el caso la Justicia le retiró esas medidas y el viernes 28 de octubre dictaminó que la custodia era para el padre a partir del martes 1 de noviembre.

Noemí conoció el auto judicial el viernes, solicitó recoger a la niña el fin de semana, y presuntamente la mató por venganza. Ya había amenazado con hacerlo a su círculo más cercano.

Hoy miércoles está previsto que Noemí pase a disposición judicial. Su futuro se perfila oscuro. Su presunto crimen está penado en la Ley española con la pena más elevada: prisión permanente revisable por asesinar a una menor de 16 años, que además la víctima sea su propia hija agrava la situación.

Sobre el papel, si finalmente la familia paterna de Olivia solicita la máxima pena, la presunta filicida no podría pedir una revisión de la condena hasta que pase al menos 25 años en prisión y a partir de ahí podría solicitar la revisión cada dos años. Su defensa, con toda seguridad, intentará jugar la carta de la eximente por trastorno mental para rebajar la pena.

 

 

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